Lo primero que debemos saber sobre el hígado es que es la glándula más grande del
cuerpo humano. Se encuentra en el lado derecho del abdomen y desempeña un papel
fundamental en el metabolismo. La función hepática está implicada en procesos como la
digestión de los alimentos, el metabolismo de los fármacos y, sobre todo, en la
eliminación de sustancias tóxicas del organismo.
Por ello, el hígado forma parte de los llamados órganos emuntorios, es decir, aquellos
responsables de eliminar toxinas del cuerpo—y él es el más importante de todos. Cuidar la
salud hepática significa, por tanto, cuidar la salud general del organismo.
¿Qué factores sobrecargan el hígado?
El hígado es como un “reloj suizo”: eficiente, puntual y poco dado a quejarse, incluso
cuando está sometido a esfuerzo. Sin embargo, su función puede deteriorarse, y si llega a
interrumpirse, puede provocar daños irreversibles.
Las principales causas de un mal funcionamiento hepático están relacionadas con una
alimentación inadecuada y un estilo de vida poco saludable.
Desde el punto de vista nutricional, para mantener el hígado en buen estado es importante:
● Moderar el consumo de alimentos fritos, grasas saturadas, ahumados o
quemados
● Reducir el consumo de sal y alcohol
Otros factores de riesgo incluyen:
● Sedentarismo
● Sobrepeso
● Estrés crónico
● Abuso de medicamentos
¿Es recomendable hacer una depuración hepática?
Realizar un ciclo de depuración y desintoxicación hepática puede aliviar la carga del
hígado y facilitar la eliminación de toxinas acumuladas.
El primer paso es seguir una dieta equilibrada, rica en verduras y alimentos frescos. Pero
también existen plantas medicinales y remedios naturales que se pueden incorporar en
forma de suplementos o infusiones, para apoyar específicamente la función hepática.
Remedios naturales para cuidar la salud del hígado Entre las plantas más eficaces para depurar el hígado destaca la silimarina, un flavonoide extraído del cardo mariano. Este compuesto es un potente hepatoprotector y regenerador celular hepático. La silimarina protege al hígado de los radicales libres y de
metabolitos tóxicos, además de estimular la producción de glutatión, una sustancia
clave para eliminar toxinas como metales pesados, medicamentos o alcohol.
Otra planta muy utilizada es el diente de león (taraxaco), que actúa como colagogo,
depurativo y diurético, estimulando las secreciones hepáticas.
El alcachofa, conocido por su efecto depurativo, es otro gran aliado del hígado. Cocida al
vapor o hervida, libera todas sus propiedades nutritivas. Esta hortaliza ejerce una acción
detox no solo sobre las células hepáticas, sino también sobre la sangre y los riñones.
Además, regula el flujo biliar y protege activamente la función hepática.